Cuchillos y corazones....

Una vez, que fueron varias, mi hermano, escultor material del arte conceptual actual, me señaló como un "apasionado de las pasiones", y una de ellas es el cine. Adicto hasta la quiebra, he sido de cines desde niño y espero hasta cuando mis cansados ojos me permitan.

Como otros niños de clase media chilena, viví en un barrio de la misma clase, pero que tenía la particularidad de contar con un tremendo cine en las inmediaciones, de esos venidos a menos, esos intentos por acercar la diversión a los barrios de santiago, hoy es un templo de esos numerosos "lobos con piel de oveja".... en fin. Con un cine al lado de mi casa, tuve la oprtunidad de regocijarme por años de una cantidad infinita de películas, desde Ben-Hur, hasta las "Variaciones del amor", pasando por Western Ilatiano, Kung-fu y Gore.

De esos días me ha quedado el sabor del cine, ese inexplicable y tibio agrado de entrar a una sala obscura, de grandes dimensiones, fría (ojalá) ... desierta, idealmente. El incomparable sabor de la soledad acompañada, de las complicidades ante lo desconocido.

Este fin de semana me aproveché de una invitación y disfruté de la hermosa película "La casa de las dagas voladoras"...

Que de la estética china me llevó hasta el mismo tarot....

Un visión de espadas y corazones, unen el cuerpo y la mente, en una poesía danzante fuera de lugar.

Si pueden aprovechen de disrutar.... de los cuchillos y los corazones, háganlo.