El amor y la ausencia del mal.

Hace bastante tiempo que tengo esta historia en el tintero de mis ideas y sentimientos, y versa acerca del bien y del mal, del diablo y de Dios, de los opuestos complementarios y de las realidades implicadas…

Cuenta la historia que un día un profesor se decidió a comentar a sus alumnos la maldad implícita en la existencia de un Dios; y consideró argumentar su sentencia, con un simple ejemplo:

Alumnos: ¿todos conocen el mal verdad?
En coro, casi todo el curso responde que si.
Entonces, Dios es creador y parte del mal, por ello Dios también es malo.

El silencio fue rotundo, y todos parecían aceptar este silogismo para humanizar a Dios. Sin embargo, uno de los alumnos respetuosamente le pregunta:

Profesor: ¿y usted conoce el frío?
Evidentemente pues, responde.
Pero señor, el frío no existe, no se puede medir el frío, no se puede evaluar la cantidad de frío; físicamente no existen unidades de frío, mas si de calor…. Se puede medir el calor, en grados, en calorías, en diversas formas, pero no así el frío. El frío señor, no es más que la ausencia de calor… y como frío, no guarda ningún sentido.

Atónito el profesor intenta replicar, pero el mismo le comenta:

Profesor; y entonces le pregunto: ¿conoce usted la oscuridad?
Por cierto, todos la hemos vivido, todos la conocemos y es real.
Pues sepa usted que la oscuridad tampoco se puede medir, no hay forma de medir cuan oscuro se está, lo que se mide de diversas formas es la cantidad de luz, la cantidad de fotones, lúmenes, candelas, y otras unidades existen para medir la luminosidad, pero no para la oscuridad: ya que esta es solo la ausencia de luz…

El silencio fue total; el profesor y los alumnos quedaron pensando un segundo, el mismo que el joven aprendiz tomo para finalizar su argumentación:

Por ello profesor, la verdad es que el mal no existe como tal; solo existe la ausencia del bien… que es la creación última de Dios.

El alumno se llamaba Alberto Eistein, y solo un semestre después fue expulsado del colegio….