miércoles, octubre 12, 2005

Encuentros y desencuentros


Desde hace ya un tiempo, previo incluso al abandono de los deberes de blogger, o como llamé, el quinto camino; que he estado sumido en un devenir de encuentros y desencuentros, desencuentros con fechas y momentos, y encuentros con personas y situaciones.

De terreno para mi cumpleaños, de terreno para las fiestas, sin computador que terminó colapsando como yo y en un alejado paraje de la cordillera chilena, me he desencontrado y encontrado, de la vida misma, de los momentos y los deseos, de las alegrías y las tristezas, de las necesidades y los anhelos.

En esos encuentros, sin embargo, he encontrado o reencontrado una amiga, que de su inmensa sabiduría, que es la misma de todos, pero solo de ella, me envió este pedazo de historia, que encontré muy justo para retomar, no sé si con dedicación y rigurosidad, el camino de blogger.

"....... Tú eras el pariente de Chopin, el misterioso, el orgulloso. Pero en el fondo de tu alma habitaba una emoción convulsa, un deseo constante, el deseo de ser diferente de lo que eras. Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos: no puede latir otro deseo más doloroso en el corazón humano. Porque la vida no se puede soportar de otra manera que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo. Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser conscientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida: no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoístas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportarlo, éste es el único secreto. Tenemos que soportar nuestro carácter y nuestro temperamento, ya que sus fallos, egoísmos y ansias no los podrán cambiar ni nuestras experiencias ni nuestra comprensión. Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. Tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría. Tenemos que soportar las traiciones y las infidelidades, y lo más difícil de todo: que una persona en concreto sea superior a nosotros, por sus cualidades morales o intelectuales. Esto es lo que he aprendido en setenta y cinco años de vida, aquí, en medio de este bosque.”

EL ÚLTIMO ENCUENTRO
Sándor Márai

2 Palabras :

Blogger Claudia _angel Dice que dijo...

Rodrigo, bienvenido nuevamente, ya te hechaba de menos...muy lindo texto me llegó al hueso, en eso andamos, tratando de aceptarnos y aceptar al resto..

10:30 a. m.  
Blogger Luciana Dice que dijo...

Rodrigo: Desde ya, invitado quedas algun dia para comer alguna cosita en el hogar nuevo. Para saber como andas, y el camino a andar.
Un abrazo enorme, me alegro del regreso, y espero que maria pastora siga ejerciendo su influencia benéfica. Acá se sigue con el yoga...

1:04 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home