lunes, febrero 25, 2008

Pertenencias y responsabilidades


Te recuerdo, que no soy tuya… y nunca lo voy a ser – declamó severa.
Y ese riguroso comentario, en su mar de relatividades, sonó como un balazo en el desierto… como un hierro, que rígido se hunde en el mar


Como otras veces, siento que las palabras, que muchos dicen que bien se me dan…, no hacen más que entorpecer mi afán de comunicar, conocer y compartir.

Digo te quiero, y se lee, quiero estar contigo todo el tiempo y solo contigo; y solo quiero decir, te quiero mucho, te tengo mucho cariño, me gusta estar contigo, me siento a gusto a tu lado; pero no significa que quiero establecer una relación “estable”, segura, predeterminada, exclusiva… Si quiero o planteo algo de aquello, intento hacerlo de la manera más clara posible (dentro claro de mis posibilidades).

Digo quiero estar contigo; y se lee, te quiero para siempre y necesito estar contigo hasta la muerte. Siendo que no podría jamás aventurar como te querré mañana, mi cariño es inmutable, pero al forma en como establecemos relaciones, necesariamente incluye, cuerpo, mente y emociones, y en la vida misma, es imposible separarse entre estos cuerpos. Por lo que si bien el cariño puede que nunca muera (una de mis premisas), el simple o complejo hecho seguir queriéndote a mi lado, no es un tema que tenga resuelto desde hoy y para siempre; solo navego en la intención que ojalá así sea… mientras así ambos lo queramos, libres, para ir y volver si así nos nace.

Digo te quiero mía; y lees, matrimonio, exclusividades, egoísmos, cadenas; cuando en verdad es intentar decirte, quiero ser (al menos en parte) responsable de ti. Le he hablado a mi hijo, acerca de que somos dueños del mundo, que la vida nos pertenece, que el aire es nuestro, que el agua y la tierra son parte de nuestro patrimonio, y él intenta entender; pero igual que vos, lee, es mía, luego es solo mía, es mía…luego puedo hacer lo que quiera con ello. Y le respondo y me respondo, que sea mía no significa que sea solo mía, solo que soy responsable de ella, de la tierra, del aire, del agua, de vos… Las cosas pueden pertenecer a alguien, y aún así son más bien nuestra responsabilidad, más que nuestra potestad; las personas… nunca se pueden poseer, con ellas solo compartir y a medida que están más cerca de mi… ser yo responsables por ellas.


Hoy intento hacer del mundo algo mío, algo personal, algo íntimo; hacer de la tierra mi espacio, de los animales mis mascotas personales, de los niños que sufren mis hijos, que sin ser míos son mi responsabilidad en intentar vivir conectado y en conciencia con todos y cada uno. Hoy intento que seas mía, en el honesto afán que me dejes se un poco responsable vos.