miércoles, diciembre 28, 2005

Recuento del Año

Como casi todas las noches, cuando al momento de intentar dormir hago una recapitulación del día pasado, recorriendo mis actos diarios sin juicios ni valoraciones, solo como una película que se mira en sentido contrario sin apegos ni rencores; hoy me las emprendo en este mismo ejercicio a nivel anual.

Mi año finalizó con la esperanza de un nuevo trabajo, duradero, en la medida que el clásico período de prueba finaliza en estos días, y ni continuación o término está en revisión por estas horas. Justo antes todas mis vibraciones latían en la navidad, en el aseguramiento de la alegría de Gabriel, en los regalos, en los detalles, en el almuerzo del día 25, en el viejo pascuero.

Un poco anterior a ello, mis afanes estuvieron vinculados al arreglo de mi casa, nueva (para mi), grande, con patio, estuve en el trabajo de la tierra, en la confección de muebles, en la pintura (de la cual aún me quedan detalles). El alejamiento de mi socio y compañero de domicilio, marcó sin duda otro punto en el camino, uno que creció en lejanías y en soldedades. Mi perrita Narices, fue el foco de atención por allá por el mes de octubre, enferma, muy enferma, luego de recogerla literalmente de la basura, me dediqué en alguna medida a su cuidado y a que mi gato, Gato, no se la comiera confundiéndola con un roedor menor. Gato también fue recogido desde el más profundo abandono y de su comportamiento, he de declarar que aún sé muy poco.

Solo unas semanas antes, todo mi yo oscilaba en torno al cambio laboral, al emprendimiento de nuevos rumbos, al abandono, al desapego, al cambio obligado y presuroso de casa, y a la generación de una sociedad para enfrentar este nuevo espacio, que aún no llamaba hogar.

Amigo de mi jefe y mi jefa, de mis compañeros, con los que constituíamos casi una familia, mi proceso de cambio laboral, si bien fue doloroso y me costó mucho trabajo interior, fue rápido y al parecer sin daños colaterales. El proyecto que comencé prosiguió sin problemas (no sé de sus resultados actuales) y la empresa sigue su marcha. En esas tribulaciones conocí a mi actual terapeuta, la cósmica “Tía Pucherito”, con la cual aún marcho en este camino.

Antes mis días, pasaban en la oscuridad de la desesperanza, en la depresión más intensa que me han detectado, en citas a psiquiatras y sicólogos, a magos y chamanes, a brujos y oráculos. Entre Santiago y Chiu-chiu, mis días corrían a la espera de la vida, ajena a mi mundo en esos días.

De vuelta de largos y lentos momentos en la patagonia chilena, finalmente me encuentro con el duelo que tenía aún pendiente. Mi separación, en la cual fui el actor más protagónico, me pasaba, luego de más de una año, la cuenta que le debía. Finalmente quemé mis naves, desgarré las vestiduras e intenté desesperados acercamientos, mas la sabiduría de la vida se encargó de devolverme a mi camino, el solitario y simple que sigo hoy. Y con muchos esfuerzos sepulté finalmente ese amor, un amor, que de amor tenía tanto como sufrimiento y desamor (aunque en la distancia, entiendo que siempre será así).

Mis días en Chile Chico, corrieron como todo en patagonia, lento y muy lento: “quien anda apurado, pierde el tiempo”, esto lo comprendí por esas tierras, de mate y frío, de nieve y soledad. Los días en santiago corrían en el arreglo de mi primer departamento de emancipado, el que pinté y arreglé, justo hasta que el dueño, me lo solicitó para venderlo.

Entre la lentitud aprendida en extremo sur de Chile y el desgano interior que manaba natural de mi muy alicaída humanidad, los meses de invierno pasaron lenta y confusamente. Entre la práctica de karate, que retomé luego de más de dos lustros y el estudio consciente en santiago, el cuidado de Gabriel y mi nuevo departamento, estos viejos tiempos, pasaron como todo lo demás….

El otoño, me encontró entre amigos por Internet e intentos de púlpitos virtuales. De tanto andar en el camino del Chat, amigos por correo y citas a ciegas, mi mundo comunicacional se volcó con ánimo hacia el blog, que hasta hoy mantengo. En este nuevo espacio, el Chat y los correos, perdieron raudamente su lugar y algo más de mi soledad actual se forjó por esos días.

El verano pasó entre Calama y Santiago, realizando trabajos de terreno y sumando desgano y abulia. Planificando viajes, programando negocios, generando fallidas empresas, mi mundo lentamente se derrumbaba. Comencé mi vida de nuevo soltero, dejando el departamento de mis padres e intentando una búsqueda interior.

Tal vez lo más relevante de mi verano, fue un intento fallido por participar en Vipassana, que esta vez no tuvo frutos en este rumbo, mas generó caminos insospechados. En este afán de sosiego me recogí en El Zendo, templo budista zen ubicado cerca de La Serena, y comencé esta ruta de ser la montaña.

Amores que se me olvidan, amigos que se olvidaron, deseos que se esfumaron, se unen a los encuentros, a los nuevos sitios y las personas, que se unen a las de siempre, para formar hoy quien soy: un pedazo de monstruo, una bestia herida, semi pato malo, que intenta dejar de llorar en espera que la sonrisa matutina, asome libre desde el corazón, como hoy a veces, siento que si que llega....
Feliz año del perro para todos los que me leyeron y así aumentaron mi ego, (el cual siempre se niega a morir) y que estos dientes y ladridos no los alejen más de su actual camino de crecimiento en armonía.

viernes, diciembre 23, 2005

Felicidades



Saludos
Parabienes
Buenos deseos
Alegrías
Bienaventuranzas
Armonía
Dicha
Felicidad


Que las Infinitas
formas que toma
el AMOR
Inunden tu vida
Empapen tu alma
Iluminen tu camino

Que tu HermosaVida
cobre el brillo
de un Árbol de Navidad


Y en ti asome,
como el sol en la mañana,
este gran espíritu de navidad…

Y que, a diferencia
del diario rey,
se quede contigo por siempre....¡¡¡¡



FELIZ NAVIDAD

lunes, diciembre 19, 2005

Perdido en las fechas y las ideas

Hace como dos semanas, en un inmenso ímpetu de mi mente, recopilé varias ideas, que se fueron sumando y complementando, mas en la vorágine del trabajo, perdí de presentarles algunas reflexiones en el mismo momento de hacerlas; hoy algo descontextualizadas las retomo y la primera de ellas la muestro a continuación:

"Ante la inminente retirada de las pistas bloggeras, de mi gurú del blog, señorita abogada Marcylor y de sus últimas cavilaciones respecto a su partida, las que apuntan al ego, como ente principal y alimento del blogger, se asoman algunas reflexiones que inundan mi cada vez menos atribulada humanidad. La connotada poetiza Cloe, sumó más interrogantes a este fenómeno de abandono del blog, del ego, de uno mismo... de todo.

Hace ya varios días, en mi cotidiana revisión de los posibles “artículos” diarios, he pensado en un tema que denominé “el alimento del blogger”, que inicialmente intuí era básicamente constituido por la cantidad de posteos que alcanzan dichos textos.

Luego de algo andar, me percaté sobre la base de mis propias sensaciones, que más que la cantidad (ya que algunos dejan los espacios para post abiertos al mundo y llega abundante spam bloggero, que suman sin realmente aportar), es la calidad de los post la que realmente me interesa. Mas el tema de la “calidad” nuevamente plantea otro nuevo: la calidad del post está referido al fondo del comentario, a la forma (no olvidar que todo bloggero ha de tener necesariamente algún interés estético) o derechamente “at hominen”, es decir, quien es el que escribe.

Inicialmente este espacio fue para mí, para mi propio regocijo y satisfacción, sin importar realmente quien o cuantos me leyera. Hoy he de confesar que me importa.... me importa quien escriba, y cuantos lo hagan; y para decir verdad, también me importa lo que digan.

Hoy creo que el alimento del blogger cambia como los gustos en la comida, primero es chatarra de niños, es decir, “at puppulum”; luego es alimento balanceado de adultos, es decir, “at-homine”; hoy que soy vegetariano, me alimento de calidades, cantidades y personas... me he vuelto un verdadero vórtice de alimento bloggero de calidad."

martes, diciembre 06, 2005

Corre a Correos ... y ayuda a creer

Sin mucho texto, ya que de navidad algo he hablado en diferentes blogs, y me declaro hoy un ferviente partícipe de la fiesta de navidad. Los insto a visitar el correo, no sus cuentas.... si no "CORREOS de Chile", a recoger alguna carta con pedidos al viejo pascuero.... y así, hacer de pascuero anónimo, que les aseguro tiene un sabor algo diferente y normalmente bastante más sabroso.

Lo único que les recomiendo, al contrario del personal de Correos, es que no entregen directamente sus regalos, si no a través del mismo servicio de correos.

Hace ya unos años, tarde llegué a santiago y solo pude recoger una carta, no enviar el regalo por CdeC. Así que yo mismo me animé a llevar en persona "el pedido". Esa vez inicialmente gané un gran premio, que fue ver directamente la sonrisa de Joaquín, ante las zapatillas y el juguete ..... , más hasta el año pasado (este cambié mucho mis coordenadas y creo no me podrán ubicar) recibí incesantes llamadas de este niño (siempre detrás se escuchaba la voz de sus padres) pidiendome un televisor, o un refrigerador o menudencias del tipo .... Mas esas desviaciones o abusos de confianza (o de bolsillos) son entendibles, y no me han desanimado en el intento de extender pequeños momentos de felicidad hasta seres que nunca he conocido....

Vayan e intenten, de hecho el solo hecho de leer, puede constituir para muchos (me incluyo) en sí un lindo regalo de navidad.

Un abrazo a todos y desde ya le comento que ser viejo pascuero, puede ser el mejor regalo en navidad.