lunes, julio 27, 2009

Perspectivas

Tanto he llorado como un niño malcriado, tanto he creido sufrir por un amor imposible. Tanto me ha dolido, que las lágrimas se acaban, la boca se seca y la sangre poco a poco se enfría y adquiere estraños tintes azules, púrpuras, negros...

Tanto me he victimizado, me autoestigmatizo y me impongo como mi propio castigo; un ostrasismo infinito que del peso de lo absurdo cae solo como gotas de lluvia.

Mas así embebido en mis propias miserias, exacervadas, potenciadas, exageradas hasta el cansancio; aparece hoy un fenómeno, que siendo triste alimenta brevemente mi corazón de una extraña alegría... de una suerte de alivio ciego.

El ardor de una cachetada ruda en pleno rostro, parece ser hoy un dulce alimento de convicciones.

Mi padre, viejo roble firme y pétreo; de rostro severo y sonrisa generosa. De ejemplos infinitos y ascética indescriptible... cae como un cachorro, herido y sangrante, en la cama de un hospital frio y solitario, a llorar la tristeza de su estado.

Hombre sano, trabajador, deportista, músico; su único vicio, el cigarrillo, que dejó de consumir hace más de un año; yace hoy en una cama blanca y eléctrica, sujeto a un sin fin de artilugios médicos, intentando sortear de la mejor manera esta limitación que hoy le aparace, grande como una montaña, triste como la muerte....

Mi padre llora conmigo, llora su pena, su dolor, su impotencia. Y yo menos que un cachorro a su lado, intento hacerme el valiente, tal como él hizo siempre; para alentarlo y asegurarle que ya luego todo pasará y muy para bien.

Pero en él el llanto es más triste, ya que ese sabor de injusticia, que al menos a mi me queda en la boca, hace que todo sepa más amargo, que la leche hoy sea agria, que mis penas parezcas (son) ridículas y que todo este llanto bobo, por quien en verdad ya ni importa; me suene aún más a verguenza....

Cuando un gigante, bueno y honesto, cae presa de un injusto destino. Todo mi dolor, tan voluntariamente buscado, se hace un peso aún mayor, como un lastre... pero me deja, un paso más cerca de esa frase que uso hasta el cansancio.... "podría ser peor"...

Fuerza papito, que a pesar de todo y nada; nuestros caminos siempre serán solo uno.