viernes, abril 21, 2006

Hojas de Hierba


Entre la vorágine de sucesos laborales que me han tenido al borde del stress, he intentados vuelos de búsqueda interior, y en ello estoy a la espera de un retiro para conocer a la "abuelita ayahuasca", maestra de todas las plantas.

Luego mis pensamientos y sensaciones, han estado ineludiblemente vibrando en torno a las plantas, los vegetales, las hierbas.... a los caminos que nos enseñan y los recorridos que hacemos junto a ellas.

Ahora a modo de expiación poética de estas rutas que intento recorrer, recuerdo hojas de hierba seca volando en el viento, tal como el otoño que llega y como las lágrimas bajo la lluvia, que marcaron toda mi vida con solo miralas pasar.... como estas que traigo para vos.



"Creo que una hoja de hierba, no es menosque el día de trabajo de las estrellas,y que una hormiga es perfecta,y un grano de arena,y el huevo del régulo,son igualmente perfectos,y que la rana es una obra maestra,digna de los señalados,y que la zarzamora podría adornar,los salones del paraíso,y que la articulación más pequeña de mi mano,avergüenza a las máquinas,y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,supera todas las estatuas,y que un ratón es milagro suficiente,como para hacer dudar,a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,se incorporaron, el gneiss y el carbón,el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.Que estoy estucado totalmentecon los cuadrúpedos y los pájaros,que hubo motivos para lo que he dejado allá lejosy que puedo hacerlo volver atrás,y hacia mí, cuando quiera.Es vano acelerar la vergüenza,es vano que las plutónicas rocas,me envíen su calor al acercarme,es vano que el mastodonte se retrase,y se oculte detrás del polvo de sus huesos,es vano que se alejen los objetos muchas leguasy asuman formas multitudinales,es vano que el océano esculpa calaverasy se oculten en ellas los monstruos marinos,es vano que el aguiluchouse de morada el cielo,es vano que la serpiente se desliceentre lianas y troncos,es vano que el reno huyarefugiándose en lo recóndito del bosque,es vano que las morsas se dirijan al norteal Labrador.Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nidoen la fisura del peñasco."

Walt Whitman
Versión de León Felipe

lunes, abril 03, 2006

Aniversarios solitarios


Que jueves terrible aquel: hasta tarde en la oficina, pensando, sintiendo, llorando por lo que se entiende inevitable, como la muerte y el dolor. Que evasiones forzadas para evitar el encuentro creé, para acribillar los sentidos, y nublar los sentimientos, que aún como manantial afloraban en torrentes desde el corazón.

Frente a un teclado, tal como ahora, intentando poner los sentimientos guardados en alacenas interminables de despensas emotivas, esforzaba todo mi ser en escribir una carta que le mostrara mi dolor, que mostrara mi sufrimiento, que evidenciara mi entendimiento, ese que crece fuerte con los años y señala, que muchas veces, para emprender una vida común, “el amor no es suficiente” (sobre todo si se barajan pobres definiciones de él, recogidas de libros o aprendidas de la historia).

Creo que el jueves fue mucho más terrible que el viernes aquel en que me fui de la casa, a pesar de los llantos y la desesperación de ella, que absolutamente inconsciente de su 50% de responsabilidad en nuestro “fracaso matrimonial” me achacó todas y cada una de las culpas posibles de emitir... pero ese viernes ya estaba lejos, ya había sufrido (una muy pequeña parte) el dolor del alejamiento, que como una solución corrosiva había minado mi vida entera durante hacía ya muchos años. El jueves fue para mí el día del adiós interno, el día de la decisión, de la premeditación de mis acciones, el día de comenzar a buscar refugio, a recogerme en mi dolor, a vivir mi lejanía....

Del viernes no recuerdo mucho, todo el día en blanco, nervioso, revisé e imprimí 100 veces la carta de adiós, llegué temprano para tener mis pocas cosas lista al momento que ella llegara a la casa y le informara mi decisión, de alejarme al menos medio año, en pos de alguna claridad que diera todo por finiquitado o con algo más de calma pudiéramos retomar nuestro camino en conjunto.

Durante algunos meses, algo nos vimos en intentos de soluciones, de cercanías, de acuerdos, mas nada resultó de ello y al cabo de terapias, viajes y mucho, mucho dinero, la distancia cobró su espacio, hoy insondable entre nosotros.

La culpa inicial de abandonar a mi hijo desapareció, en la medida que creo, he permanecido realmente presente a su lado; mi culpa de llevarla a ella hasta este inmenso dolor (que imagine sería mucho menor dada su forma de actuar hacia mí) lentamente se ha esfumado de mi corazón y espero que su dolor le ayude a crecer y verse más allá. Hoy solo queda uno que otro reproche de mi retoño por no enamorarme o re enamorarme de su madre, mas intenta, en sus escasos años entender que sus padres juntos, nunca más vivirán...

Ayer, 2 de abril día de “aniversario” de esta etapa de mi (nuestra) vida, saliendo de un pequeño restaurante de barrio, donde almorcé junto a mi hijo, a boca de jarro me encuentro con el tipo que nos presentó sin saberlo, que nos unió separándonos allá por el 1991. Nuestro profesor de teatro universitario, luego 15 años sin verlo a los ojos, aparece ante los míos como recuerdo vivo de los ciclos y los procesos en que vamos caminando, y con un extraño nudo en la garganta, no de tristeza, mas de desolación, le comenté en algo más de diez palabras, el resumen cíclico de mi vida...

“Eterno enamorado del amor, cambia vida de incómodas compañías, por otra de intensas soledades”


Hoy, que sumo un nuevo ciclo de lejanías y ermitañas costumbres, cumplo nuevamente con alejarme más aún de todos, en la eterna esperanza de que en soledad, encuentre mi compañía...